jueves, 8 de octubre de 2009

Matrimonio y Dandismo

A pesar del eminente fracaso de la vinculación sexual monógama en nuestra sociedad, son cada vez mayores los casos de amigos, familiares y conocidos que miran con buenos ojos - que sociológicamente hablando equivale a no reparar crítica o reflexivamente al respecto de algo, en modo alguno - la decadencia absoluta de la familia nuclear burguesa como modelo de interacción social y canon de las estructuras sociales y conductas socialmente aceptables.

Ante dicha situación, no tengo mas remedio que optar por sugerir a mis compañeros y amigos un tipo de conducta que, sin ceder un ápice a reduccionismos ideológicos y groserías propias de la militancia, constituye la última gran subversión al status quo y su moral dominante. Todo en favor de que puedan llevar con la mayor dignidad posible la grandiosa terquedad de vivir el resto de sus vidas en matrimonio.

Así pues, necios, les presento un decálogo breve, pero conciso que delinea la figura de un Dandy de época con respecto a tan funesta institución, cuyas máximas espero les sean de provecho. Sea:

1. Amar a una mujer y pedirla en matrimonio es mezclar placer con negocios.

2. Una proposición de matrimonio es definitiva, la verdadera esencia del amor es incierta. Si te casas, procura olvidarte del amor.

3. Una propuesta de matrimonio no es cualquier cosa. Antes de dar el paso definitivo, declárate a muchas mujeres, para practicar.

4. Cuando hagas tal propuesta, ten en cuenta que la verdad no es el tipo de cosas que se dicen a una muchacha bonita, dulce y refinada.

5. Aún en el matrimonio, se cordial, interesante y cosmopolita. Si no te rodeas de hombres de pensamiento original y maneras rebuscadas, tu mujer seguro lo hará.

6. En la vida marital, tres es compañia y dos es nadie.

7. Si no fumas ni bebes, procura comenzar. Un futuro jefe de familia repetable debe tener alguna ocupación.

8. El matrimonio se contrae muy joven o muy viejo. Un hombre que quiere casarse debería saberlo todo o nada.

9. Tus parientes - políticos y de sangre - constituyen un paquete de gente que no tiene la más remota idea de cómo vivir, ni el más pequeño instinto de cuándo morirse.

10. Todas las mujeres se vuelven como sus madres. Ésa es su tragedia. Ningún hombre lo hace. Ésta es la suya.

Gracias, Oscar Wilde.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Podrías darme la fuente, tengo que hacerle algunas preguntas al Dandy...

No te atormentes por que todos se casan, solo niégate a ir a sus bodas; son decadentes... Y recuerda que mientras más te acerques a los treinta, tus amigos y conocidos primero se casarán, después empezarán a tener hijos -y serás invitado a bautizos, el nuevo evento social-, te convertirás en el amigo soltero del grupo y eso... puede tener ventajas...

K. dijo...

La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde.

Gracias por las palabras de aliento, anónimo/anónima, pero creo que toda mi vida me han dicho que cualquier situación será/la entenderé mejor cuando crezca y hasta dónde puedo reconocer, lo único que hacen es empeorar y hacerse mas confusas. De cualquier modo muchas gracias por pasar y comentar, el librito de Wilde lo terminas en no mas de una hora y es garantía de humor refinado además de un muy buen acercamiento a las bases del teatro moderno. ¡Saludos!

Cy dijo...

Ya ves lo que le pasó a Bukowski cuando lo de la boda zen, y eso...