sábado, 25 de octubre de 2008

Cuestión de percepción

En estos días se juega la universalísima "Serie Mundial" entre los Phillies y los Rays, el detalle simpático de tan intenso y dinámico deporte viene a cuento en la séptima entrada, cuando se hace una pausa y se comparte con el resto del mundo un gesto patriótico tan inofensivo como simbólico durante el cual, a gusto de un servidor:

America hears:



The rest of the world hears:

domingo, 19 de octubre de 2008

My Big Come Down

No suelo elaborar ni leer reseñas de conciertos o música porque nunca he creído en el "periodismo musical" (¿'sa mamada que?, diría un buen amigo) en general y particularmente en lo que corresponde a la música "pop". Pero lo visto, escuchado y experimentado el sábado por la noche no me han dado tregua hasta el día de hoy, escucho la música de Trent Reznor día y noche, atendiendo a detalle cada disco que tengo, incluídas las novedades (Year Zero, The Slip, Ghosts) hacia las que hasta ahora no había tenido pizca de genuino interés, que me había conformado con bajar de la red para escucharlas una vez y abandonarlas hasta la próxima formateada de disco duro (como el 80% del material que uno baja de la red) y que hoy por hoy pienso adquirir en formato original; además cuando tengo tiempo libre frente al ordenador, veo pedazos de su presentación grabados por los asistentes mismos en youtube. El hombre nos tiene, a mi pituitaria y a mi, convertidos en una colegiala enajenada e hiperactiva en pocas palabras.

"Eso es lo que un verdadero concierto debe provocar", sentenciaba implacable en mis pasados puberiles; el paso del tiempo, el terrible lugar común "mas de la mitad de los músicos que escucho están muertos" y mi creciente intolerancia por formas recientes de expresión musical, que se me antojaban signos innegables de vejez prematura, me hizo flexibilizar mis concepciones pasadas y virar hacia una forma mas "civilizada y madura" de escuchar música y estar-en-un-concierto, en la cual no existe el abuso físico hasta los límites del propio cuerpo - gritos desaforados, saltos, trances convulsivos entre otras mas rudas y neanderthalescas formas de corporalidad -, el ánimo (sobre) exhaltado, ni entusiasmo que fuera evidente y no resultara pasajero ... Nine Inch Nails me tiró el mito adulto contemporáneo por un buen rato mas, y lo agradezco profundamente; puedo dejar de ver el mundo como un pañuelo y de pensar en lo terrible que es mi infierno personal en el que "todas las niñerías se tienen que acabar" a los 25 años.

Estos señores cuarentones tomaron el escenario armados de suficiente intensidad al interpretar tanto sus nuevas como sus clásicas composiciones como para derretir las caras de los asistentes y un espectáculo multimedia que hace parecer un concierto de Pink Floyd como una pastorela de primaria del siglo pasado.

Momentos memorables:

1) T. Reznor, repito, a sus cuarenta y algo ... entrando a saltos y tumbos al escenario (ver y escuchar atentamente el "no mames" del dude que grabó el video, seg. oo:15)


No mames, indeed.

2) "March of the Pigs" siempre es épica en un concierto de NIN.
3) "Pinion" tensando los músculos para asestar con furia "Wish", tal y como en el Broken.
4) El encore de canciones de "Ghosts", aunque al 90% de los asistentes les halla parecido "aburridísimo aunque rifado", fué increíble.
5) Sin mas "Gave Up", "Terrible Lie" y "Head Like a Hole", también infaltables.
6) "The Big Come Down" la mas improbable de las canciones a tocar del Fragile y con la que solía desgañitarme en casa cuando no había nadie, allá en 1999.
7) La increíble capacidad que NIN y su música tienen para convocar a los públicos mas eclécticos: punks, metaleros, góticos, electrónicos, todas las chicas de ascendencia germánica y con sobrepeso naturales o residentes en el país ... headbanging, mosh-pits ("los putazos" en jerga corriente) o baile y parafernalia "raver"; todo se vale y nada está fuera de lugar, razón de mas para amarlos.
8) Y ... todo el resto.

Me voy, ya es tarde como para estar escribiendo necedades a estas horas. Sobra mencionar que aunque muy buenas presentaciones, las de Flaming Lips y Stone Temple Pilots (con todo y la nostalgia noventera que presentaciones como las suyas suelen provocar en mi y grande fanss que de STP he sido) fueron absolutamente opacadas por la banda que inspiró este post, con todo y la esfera y los teletubbies (¿?) y el cumplimiento del 80% de mi wishlist de un post abajo.

[Nota mental de último minuto]: Otra gran amiga, al terminar los Flaming afirmó que la versión de "Yoshimi " estuvo muy chafa y no le gustó, yo creo que exagera y estuvo buena, lo que chafeó es que estaba pensada para ser cantada a coro por los asistentes, cuya actitud en general fué un fiasco y a quienes Wayne Coyne tenía que suplicar que mostraran señales de vida casi al final de la presentación. ¡Ahhhhh estas generaciones de hoy!

jueves, 16 de octubre de 2008

Wishlist

Hasta hoy me "cayó el veinte" (caer el veinte, me informan los oídos bañados en tradición de un tío, es una metáfora del acto en el que un teléfono público daba línea, al depositarle una moneda de 20 centavos - ¿20 pesos?- a un teléfono público hace miles de millones de años) de que veré a NIN, STP y Flaming Lips todititos en el mismo escenario y en menos de 34 horas.

Como no he posteado ni en calidad ni en cantidad últimamente haré un intento de post con base en las canciones que quiero escuchar de cada uno de los headliners:

De los Flamig Lips me conformo con: "Turn It on" , "She Don't Use Jelly" (ringtone oficial de Marcus desde que compré mi boleto) y "Yoshimi Battles The Pink Robots" ... "Do You Realize" entenderé si la tocan o si no lo hacen, pero posiblemente haría la tarde ... además de esas y en pocas palabras, toquen lo que quieran pero: ¡queremos la burbuja!



Stone Temple Pilots (emoción a raudales, wishlist auténtico) : Wicked Garden, Meatplow, Vasoline (éstas dos últimas con harta coreografía y jotería por parte de Weiland, que si si, es un plagio barato e informe de Iggy, Morrison y Jagger pero le va a las canciones), Interstate Love Song, Plush, Where The River Goes, Down (Sour Girl, si les da por tocar otra del no. 4) , Big Bang Baby, Silvergun Superman, Creep, Naked Sunday, Crackerman, Big Empty, Sex Type Thing.

Nine Inch Nails: sería felíz si repitieran el setlist del concierto pasado y moriría tranquilamente justo al terminar el concierto si tocaran el "The Fragile" en su integridad, lo que sea que entreguen mientras no sean muchas del "Ghosts" es la gloria.

Veremos que tal nos va con la burbuja, digo, la música de los FL y el retorno triunfal y en tierras aztecas de los STP + almighty Trent Reznor.

jueves, 9 de octubre de 2008

Ficciones

A últimas fechas no he prodigado los ojos en mas literatura que unos cuantos cuentos cortos, las duras e inexpugnables obras de tesis se han apoderado de los pocos instantes que dispongo para la lectura informal, mis dos autores predilectos para esa sana actividad son dos viejos conocidos de todo aquel que haya cursado la primaria y escuchado mancillar el legado literario de toda la América Latina al ex-presidente Vicente Fox: Jorge Luis Borges y Gustavo Adolfo Bécquer.

Con todo el respeto que tengo por el maestro Borges he de cometantaros que una de las facetas por las que es mas conocido y respetado, el de sus ficciones, en lo personal no me provoca mayor encanto. No me malentiendan, son relatos mucho mas refinados de los que yo pudiera concebir si viviera unos 200 años, mi punto es que en sus relatos el maestro logra solo hacer que su lector considere posible lo improbable. Algo tan improbable como digamos, la existencia de Dios, se antoja bastante posible al leer:

Argumentum ornithologicum

Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos; no sé cuántos pájaros vi. ¿Era definido o indefinido su número? El problema involucra el de la existencia de Dios. Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso, vi menos de diez pájaros (digamos) y más de uno, pero no vi nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos. Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera. Ese número entero es inconcebible; ergo, Dios existe.


Una linda ficción que al mas rústico gañán o irredento ateo de nuestros contemporáneos hace dibujar una sonrisa en el rostro, sin duda. Y nada despreciables otras narraciones de tigres, laberintos, héroes y míticos profetas; pero creo que la verdadera crema del género es aquella en que desde recién comenzada la lectura y hasta su desenlace ofrece instantes de sorpresa, risas joviales o nerviosas y cinismo incrédulo tal y como ofrece:

Memorias de un Pavo (Fragmento)

No hace mucho que invitado a comer en casa de un amigo, después que sirvieron otros platos confortables, hizo su entrada triunfal el clásico pavo, de rigor durante las Pascuas en toda mesa que se respete un poco y que tenga en algo las antiguas tradiciones y las costumbres de nuestro país.

Ninguno de los presentes al convite, incluso el anfitrión, éramos muy fuertes en el arte de trinchar ... pero como, sea por respeto al rigorismo de la ceremonia, que en estas solemnidades y para dar a conocer, sin que quede género de duda, que el pavo es pavo, parece exigir que éste salga a la liza en una pieza; sea por involuntario olvido o por otra causa que no es del caso averiguar, el animalito en cuestión estaba allí íntegro y pidiendo a voces un cuchillo que lo destrozase ... empuñé el trinchante en una mano, blandí el acero con la otra, y salga lo que saliere, le tiré un golpe furibundo.

El cuchillo penetró hasta las más recónditas regiones del ya implume bípedo; mas juzguen mis lectores cuál no sería mi sorpresa al notar que la hoja tropezaba en aquellas interioridades con un cuerpo extraño.

-¿Qué diantre tiene este animal en el cuerpo? exclamé con un gesto de asombro e interrogando con la vista al dueño de la casa.
-¿Que ha de tener?- me contestó mi amigo, con la mayor naturalidad del mundo-. Que está relleno.
-¿Relleno de qué?- proseguí yo, pugnando por descubrir la causa de mi estupefacción-. Por lo visto debe ser de papeles, pues a juzgar por lo que se toca con el cuchillo, este animal trae un protocolo en el buche.

Los circunstantes rieron a mandíbula batiente mi observación.
Sintiéndome picado de la incredulidad de mis amigos, me apresuré a abrir el canal del pavo, y cuando lo hube conseguido, no sin grandes esfuerzos, dije en son de triunfo, como el Salvador de Santo Tomás:
-Ved y creed.

Había llegado el caso de que los demás participasen de mi asombro. Separados a uno y otro lado las dos porciones carnosas de la pechuga del ave y rota la armazón de huesos y cartílagos que la sostenían, todos pudimos ver un rollo de papeles ocupando el lugar donde antes se encontraron las entrañas y donde entonces teníamos, hasta cierto punto, derecho a esperar que se encontrase un relleno un poco mas gustoso y digerible.
El dueño de la casa frunció el entrecejo. La broma, caso de serlo, no podía venir sino de parte de la cocinera, y para broma de abajo a arriba, preciso era confesar que pasaba de castaño obscuro.

El resto de los circunstantes exclamaron a coro, pasado el primer momento de estupefacción, que lo fue asimismo de silencio profundo:
-Veamos, veamos que dicen esos papeles.
Los papeles en efecto estaban escritos.

Yo, aún a riesgo de mancharme los dedos, pues estaban bastante grasientos, los extraje del sitio en que se encontraban, y aproximándome a la luz de una bujía pude descifrar este manuscrito, que hasta hoy he conservado inédito:

Impresiones, notas sueltas
y pensamientos filosóficos de un pavo
destinado a utilizarse
en la redacción de sus Memorias

_________________

En las páginas siguientes se sigue la perorata del pavo, desde el día de su nacimiento hasta el de su terrible ejecución la noche de la víspera, aderezada de referencias al Quijote, desprecio de las costumbres madrileñas y frases en latín.

Lo que me parece mas digno de mención de este relato es que, en contraste con el de Borges, Bécquer hace que su lector crea probable lo imposible, y eso es auténtica maestría.