lunes, 10 de marzo de 2008

Por qué no me gusta el indie ...

Hace millones de años, cuando estaba yo en la secundaria al mismo tiempo que abandonando la senda del thrash metal, que de haber continuado recorriendo me huberia hecho pasar por el speed, death, gótico, power, black, doom, grindcore, new, progresivo, obsesivo compulsivo, catatónico, de estrés pos traumático y un largo etcétera, todo en pos de convertirme en un metalero de verdad (of course) y no uno de esos bufones que al preguntarles su banda favorita responden: "... pus Metallica", en lugar de (como metalero auténtico y respetable) contestar con el nombre de una banda que conozcan 500 güeyes en Finlandia y tú.

Tenía yo, les decía, 13 o 14 tiernos años y en vez de dedicarme de por vida al probo ejercicio de la nomenclatura y (rigurosa) categorización metalera y las mieles de su disfrute en misantropía, viré en mis gustos musicales hacia el grunge (éste no se convertirá en un post sobre bandas de seattle, curdt kobain o "los mejores discos de rock de los noventa", sigan leyendo por favor), en el que me estacioné por un buen rato.

Por aquellos mismos años sonaban a veces (muy a veces) entre compañeritos del aula las palabras rock e independiente. "Una de dos - pensaba yo- ... o estos cuates se refieren a bandas españolas y/o argentinas que cantan sobre tener sexo, odiar a la burguesía, tener mas sexo, odiar a las putas, tener sexo con ellas, odiar a Dios, odiar el sexo y a odiarte a ti mismo pero sobre todo guardarle el odio mayor de todos a España (españoles y argentinos por igual) que tocan rolas de cuatro acordes y que parece que graban sus discos con un sólo micrófono de ambiente en la sala de su casa; o ... éstos cuates se refieren a bandas ultra-gabachas de California o Nueva York que tocan rolas de cuatro acordes y parece que graban sus discos en la sala de su casa".

Cualquiera que fuera la verdadera respuesta, rock independiente era un concepto que por la contextura y manufactura de sus expresiones me remitía a ambientes de tensión, agresividad y liberación de los mas básicos (y a veces mas bajos) instintos; festín de improperios, gritos desgarrados, ganas de azotarse contra el humanoide o pared mas cercana: fiesta de carne, asco del mundo y lúcida rebeldía.

Desde luego, pasaron años para que el inverbe de mí supiera que ésos monos tenían nombre siquiera, aprendería a amar a Black Flag y Minor Threat con el tiempo y también que cuando un punk nombra a Los Ilegales entre sus gustos musicales no se refiere precisamente a los que tocan "la del tiburón".

Hoy en día, por desgracia, rock independiente no me remite a ninguno de los estados de ánimo o propuestas musicales del corte de las bandas citadas. Los tiempos de la paupérrima calidad de las grabaciones cuasi caseras y los gritos afónicos y las actitudes agresivas o francamente confrontativas de las bandas han muerto y cedido el paso a tiempos nuevos en que la magia de pro tools hace posible la entrega de trabajos que nos presentan los nítidos aullidos y lloriqueos que algún treintañero acompaña con un melosísimo círculo de acordes a la guitarra acústica y, en las partes donde uno estaba acostumbrado a escuchar un power-chord que, atronador, anunciara el comienzo de las hostilidades en cualquier recinto en que se escuchace, ahora se tiene el sonido monótono, sedante o francamente molesto de un sintetizador, un banjo, un acordeón o algo peor.

No creo que toda la música (vaya, ni siquiera todo el rock) tenga que invitarte necesariamente a la ofuscación racional y la exacción de tu naturaleza mas primitiva para ser buena, o por lo menos no reprobable. Pero sí creo firmemente que comparado con todas las transformaciones, desviaciones o francas atrocidades que han sufrido todos los géneros y subgéneros de esa noble música desde que yo era un chamaco hasta hoy, el futuro del independiente, castrado hasta en el nombre (indie), ha resultado el peor.

Para despedir con un brindis éste post y aquellos tiempos, Black Flag - My War.

3 comentarios:

Cobayo dijo...

A mi me tomaron el pelo cuando pregunté qué rayos era lo indie. Me dijeron que era lo que en los noventas conocíamos como rock alternativo. Pero no, no era eso. Aunque con eso de ir a lugares pretensiosos ya hasta me gusta. Un saludo.

Patrulla dijo...

"I won’t apologize
For acting outta line
You see the way I am
You leave any time you can ’cuz
I’m crazy and I’m hurt
Head on my shoulders
Going...berserk"

"Indie" pareciera que proviene de la misma raíz de indefinición pero qué más le podemos pedir a esta sociedad llena de indeficiones. No todo el indie es malo por la sencilla razón que ni siquiera están dados los parámetros para juzgarlo.

Adoro los post de música como el suyo, pasionales, rockeros, letra que se escribe con el estómago.

Le dejo una secreta reverencia, Don K.

Anónimo dijo...

el rock alternativo te despetaba, te daba de comer, te acompañaba, te vestia, te dormia, te alegraba, te deprimia, era una droga el indie es art rock que dejo de ser rock hay indie e indie lo malo es que ya se perdio la esencia yo soy de los 80s pero el rock de los 90s es el mas visceral